15 M, principio de una Nueva Civilización
Estos días en España se esta produciendo un hecho de amplitud histórica, la petición por parte de la población de los principios básicos que sustentan el modelo democrático para funcionar en lo público y se hace desde el espacio que alberga lo común: la plaza, el espacio privilegiado que perteneciendo a todos quedaba secuestrado por la lógica de unos pocos. El esfuerzo colectivo parece amordazado para la distribución de esos pocos, a modo de familia primigenia, que gobernando el mundo acotan sus riquezas a ellos mismos. Si pocos son los que deciden, sus migajas quedan también distribuidas entre nosotros, esa parte rica también del planeta que se sienta a la mesa, en la misma de los grandes señores.
Ahora, nosotros, los que comemos todos los días, los que somos protegidos sobre la barbarie de la fuerza, nosotros a los que se nos curan las heridas de tenerlas, los que podemos decidir a quien amar y cuando, aquellos que se nos permite en libertad creer en un dios, en otro o en ninguno, Nosotros hemos decidido representar de nuevo el Quijote de Cervantes, queremos dar el tributo de la ilusión a Sancho, representación este del pueblo común universal, y hablamos de la necesidad de formar un único cuerpo social que aglutine a toda la humanidad soportada en la identidad planetaria, la ciudadanía universal, el gobierno mundial en donde todos tengamos esos mismos derechos de los que gozamos en nuestra España de Cervantes. De no hacer universal estas reivindicaciones ellas mismas no tendrían sentido e inteligencia ya que los espacios locales (léase nacionales) no tiene capacidad de decisión, si bien pueden servir de ejemplo para organizar la realidad común planetaria en esta dirección de densa humanidad. O analizamos la realidad en este escenario universal común o los esfuerzos de los acampados en las plazas no conseguirán más que apuntalar algunos de los privilegios de los que disponemos, pero si sirve para mostrar al mundo que entre todos podemos conformar esa realidad soñada de más humanidad para todos, entonces el frío pasado en la noche de esta dulce primavera tendrá el germen del futuro plácidamente insertado en la consciencia de cada hombre o mujer que habita este planeta. Herencia que resuena a posibilidad, de nosotros depende.
Domingo Barbolla Camarero, sociólogo y antropólogo de la UEX
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